Curioseando por la web de mi Ayuntamiento (Villa de Firgas), he encontrado en la sección de Patrimonio una serie de edificios catalogados como monumentos arquitectónicos, que o bien han sido restaurados y se utilizan hoy en día para fines sociales y culturales (como la actual Casa de la Cultura) o bien se encuentran en un estado lamentable de abandono como el Hotel Balneario de Azuaje. Pues cámara fotográfica en mano he ido a pasear por el lugar y he decidido que vale la pena apadrinarlo para que pueda llegar a ser declarado Bien de Interés Cultural.
El panorama es bastante desolador, tal como puede comprobarse en las siguientes imágenes:
Fue a finales del siglo XIX cuando empezaron a hacerse populares en toda Europa los balnearios de aguas medicinales. El Balneario de Azuaje se construyó en 1868 y no solo acudían a él los turistas de clase acomodada por sus aguas medicinales sino para poder disfrutar de la naturaleza y de la paz y tranquilidad que le rodeaba y que todavía se puede seguir disfrutando.
Curiosamente, los lugareños acudían a este lugar no por sus aguas y tal vez porque no se lo podían permitir, pero sí era frecuentado por aquellas parejas recién casadas y que celebraban su luna de miel en un pequeño "apartamento" situado dentro de la roca y por encima de las instalaciones:
No obstante, se observa que el edificio sigue manteniendo su estructura original y que algunos elementos arquitectónicos como columnas y frisos conservan su aspecto de antaño por lo que es posible que no todo esté perdido y que pueda ser restaurado para que adquiera su aspecto inicial y que pueda ponerse en explotación nuevamente.
Cuando se inauguró en 1868, solo se podía acceder al balneario desde Firgas por senderos estrechos y serpenteantes, no exentos de peligros y más idóneos para los animales de carga que para las personas hasta que se acondicionó el "Camino de la Capellanía" y que hoy en día es utilizado por los senderistas. Al comienzo del camino desde el barranco hasta Firgas, nos encontramos la siguiente señal con la que, si llevamos un móvil o una tablet encima y nos indican para qué sirve la misma, podemos leer una breve historia sobre el balneario:
En 1907 se construyó un viaducto que unía a Firgas y a Moya por carretera por lo que se mejoraron las comunicaciones para poder ir al balneario:
se podía llega a él en coche aunque hay que reconocer que la carretera (la misma que ahora pero con un alquitranado mejor y con "quitamiedos" en el lado del barranco) es angosta, tiene muchas curvas y cuenta con grandes precipicios, pero es lo que ordena la complicada orografía.
Este hecho se constata en la siguiente foto de la FEDAC y con la que podemos comparar el "antes" y el "ahora":
Hay que tener en cuenta (para los que no puedan ubicarse todavía), que el Hotel Balneario se encuentra en el barranco que separa las localidades de Firgas y Moya y que si tomamos la carretera que va desde Buenlugar a Moya, lo encontraremos en la margen izquierda del barranco hacia el interior. No obstante, se adjunta el enlace del Google maps (previamente acortado) con la cortesía de la Fedac: http://bit.ly/1cCDf9C
El Balneario de Azuaje se cerró hacia 1938 por razones sanitarias y por la coyuntura bélica mundial. Sus instalaciones no volvieron a usarse como balneario pero sí estuvieron frecuentadas por las gentes del lugar para celebrar bailes y fiestas en su gran salón (en cuyo interior se encontraba una fuente de aguas medicinales) hasta que la gran riada del año 1955 destrozó los baños y se ha ido deteriorando progresivamente hasta la actualidad. Aunque no fuese un hotel que hoy en día pudiéramos calificar con cuatro o cinco estrellas (tal vez ni con tres) toda vez que según las crónicas de la época dicen que era
“ bastante humilde, cómodo y pintoresco aunque con pocas comodidades para la clase más pudiente” lo que sí es cierto es que se hallaba (y se halla) en un entorno único y rodeado de una vegetación exuberante así como el elemento primordial: el agua.
Por su interés histórico y arquitectónico y porque merece la pena ser conservado, debería ser declarado BIC. Asimismo, si en la época de esplendor del balneario los municipios de Firgas y Moya aumentaron sus ingresos gracias a la oferta alojativa, a la oferta gastronómica, al consumo de víveres y tal vez de productos típicos de la zona, sería muy interesante que se pudiera restaurar el Balneario y desarrollar alrededor de los dos municipios la infraestructura adecuada para poder complacer a todos aquellos que vengan a disfrutar de sus aguas medicinales y de sus instalaciones. Ello redundaría en puestos de trabajo y en la demanda de un visitante que "pasa" de sol y playa y que con toda seguridad encontraría en el Hotel Balneario Azuaje unas vacaciones perfectas. Y nos consta que ese tipo de clientes existen.